La bancarrota del Capítulo 7 es un tipo de declaración de bancarrota disponible para deudores calificados. El Capítulo 7, a diferencia del Capítulo 13, es un proceso de liquidación que resulta en la condonación completa (o casi completa) de las obligaciones del deudor. Liquidación significa que el tribunal (a través del Fideicomisario de bancarrota) recopila y cataloga todos sus bienes exentos y los vende para satisfacer sus diversas deudas. Dado que el Capítulo 7 da como resultado una eliminación completa de las deudas, es una opción muy favorecida para muchas personas. Esta publicación explicará cómo funciona el Capítulo 7 y qué propiedades están exentas de liquidación
En una bancarrota del Capítulo 7, el tribunal eventualmente perdonará todas las responsabilidades del deudor. El tribunal envía avisos a todos los acreedores que luego deben presentar reclamos al patrimonio. Cualquier acreedor que no presente un reclamo (excepto aquellos con gravámenes garantizados) pierde la oportunidad de cobrar al deudor.
Mientras se recogen los reclamos, el Fiduciario examina los activos del deudor. Se espera que el Fiduciario genere una contabilidad completa de todas las propiedades no exentas. Toda propiedad no exenta se vende para satisfacer las deudas en orden de derecho de cobro. Tanto la ley federal como la estatal eximen a la propiedad de la liquidación. Si bien varía de estado a estado, generalmente las residencias primarias, los automóviles primarios, los artículos personales y domésticos y las joyas están exentos de liquidación.
Por ejemplo, los acreedores no pueden apoderarse de su única casa o medio de transporte. Además, los acreedores no pueden confiscar joyas, como reliquias familiares y alianzas de boda. Finalmente, la corte no le quitará su ropa, muebles y otros artículos que necesite para mantener una vida hogareña saludable.
Solicitar el Capítulo 7 presenta muchas oportunidades pero también riesgos. Como puede ver, puede salir completamente de debajo de sus deudas. Pero, para hacer eso, es posible que tenga que perder, vender o sacrificar una cantidad sustancial de sus bienes y pertenencias personales. Un abogado puede ayudarlo a obtener una mayor parte de su propiedad exenta de los procedimientos para asegurarse de que se quede con suficientes activos para reconstruir su vida.