Por improbable que parezca, los padres a menudo no experimentan estrés financiero solos. Independientemente de cuán menores o importantes sean los problemas económicos de una familia, lo más probable es que los niños involucrados sean conscientes de ello. Trabajar por la libertad financiera no solo puede beneficiar a los padres con dificultades, sino que también puede ser extremadamente beneficioso para los niños preocupados o avergonzados por la situación financiera de sus padres.
Las familias que luchan con deudas experimentan una gama de problemas. En las primeras etapas de la lucha financiera, la falta general de dinero puede estresar a los niños tanto como a los padres. Todos los padres quieren mantener a sus hijos, pero cuando las dificultades financieras lo dificultan, no son solo los padres quienes sienten el apuro.
Si la lucha financiera continúa, los miembros de la familia pueden experimentar acoso a las llamadas telefónicas de los acreedores, estados de cuenta vencidos o, en casos extremos, una interrupción de los servicios y la desconexión de los servicios públicos. Cuando la situación llega a este punto, el estrés y la vergüenza asociados con ella pueden afectar significativamente el bienestar mental y emocional de un niño.
Afortunadamente, las familias con dificultades tienen opciones. Trabajar con un abogado experimentado puede ayudar a los padres a arreglar su situación financiera y aliviar el estrés que ha impuesto a sus hijos. Con la ayuda de un abogado, los padres pueden renegociar sus deudas, dejar de acosar la actividad de cobro y, si es necesario, presentar bancarrota. Aunque los niños pueden ser conscientes de la lucha mientras ocurre, no es necesario que conozcan los pasos que se han tomado para remediar la situación.
Independientemente de en qué etapa de la lucha financiera se encuentre, es probable que, en algún momento, llegue a sus hijos. Cuando esto sucede, la situación se vuelve urgente y puede requerir la ayuda de un profesional legal experimentado.